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Una de las películas que he visto esta semana pasada ha sido El ejército de las sombras. Película francesa de 1969 sobre la Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Ojo, no confundir con la novela del mismo título en castellano -el título original es Vampyrhic- de Simon Clark. Como la mayoría de las buenas películas está basada en una novela de Joseph Kessel y además, en hechos reales. Comienza en octubre de 1942 y nos muestra las dificultades, traiciones, penurias y dudas de algunos militantes de la Resistencia Francesa.
Todos esos hombres y mujeres que lucharon contra el gobierno de Vichy y la Gestapo son retratados aquí con dureza; amorales, desesperados, derrotados, crueles con los traidores y obligados a tomar decisiones difíciles.
Una historia dura, áspera, realista y narrada desde una frialdad que no tiene nada qué ver con las típicas aventuras hollywoodienses de espías y chicas hermosas, con las tramas bobaliconas de superhéroes frente a supervillanos. Los miembros de este perseguido ejército de sombras viven huyendo, guareciéndose en improvisadas zonas de opacidad, siempre bajo la amenaza de la tortura, la delación y la muerte. Sus escenarios y paisajes, turbios y grisáceos, contribuyen a meternos de lleno en una atmósfera de pesadilla.
Una película muy muy recomendable para aquellos que buscan historias creibles, que huelan a verdad y coherencia. Eso sí, su amoralidad y crueldad dejan en nuestros ojos un desesperante sabor amargo directamente proporcional a su calidad y grandeza.