
El hecho de que se le considere más músico que poeta (como es el caso de Bob Dylan, que fue premiado recientemente por su vertiente literaria), nos lleva al eterno e insulso debate acerca de si las letras de las canciones, arrancadas de sus melodías, son o no poemas. Es indudable que en muchos de los poemas de este libro se aprecia cierta estructura de canción: parte A, parte B, estribillo... en otras ocasiones éstos se estructuran en estrofas de cuatro versos. Pero en otros el poeta recurre a un verso libre cargado de música interna, de agradable cadencia. También aparecen dibujos del autor, que acompañan a los textos, simulando a las célebres haigas japonesas.
pñRecomiendo este libro a todos los admiradores de Leonard Cohen. También a los que no lo conocen, o le conocen parcialmente. Por cierto, que no teman aquellos que esperan encontrar en él algo similar al autoplagio. El libro aporta. Pongo aquí uno de los poemas del libro.
lg
