Hay muchas maneras de definir el 'Diccionario Bibliográfico de la Poesía en Cantabria' que ayer, viernes, presentó la Fundación Gerardo Diego. Se puede decir que es un libro de consulta, una obra de referencia, una cronología... También «la cultura en círculo», «el principal instrumento de estudio de la poesía española de la segunda mitad del siglo XX» o «el manual de la cultura más importante de todos los presentados en esta región». A Pureza Canelo, directora de la institución, le faltaban ayer palabras para explicar el contenido de la obra «más ambiciosa» realizada por esta entidad, que han elaborado durante tres años la bibliotecaria Andrea Puente y el escritor Luis Alberto Salcines y en la que se encuentran todas las referencias poéticas relacionadas con Cantabria en los últimos cuarenta años. Desde autores, a premios convocados y entregados, revistas, publicaciones y hasta referencias a los ilustradores y fotógrafos que colaboraron en las portadas de los libros aparecen en el diccionario que ayer se dio a conocer. Medio centenar de los autores que aparecen en él recibieron un ejemplar durante la presentación que tuvo lugar en la sede de la Fundación en la calle Gravina de Santander.
El nuevo volumen de la colección 'Bodega y Azotea, 4', dirigida por Elena Diego, hija del autor de la Generación del 27, y Pureza Canelo, recoge a través de sus diferentes secciones, el panorama poético de la comunidad en las últimas décadas y ofrece la gran variedad y riqueza de publicaciones poéticas, de autores regionales y nacionales que conviven en Cantabria.
De este modo y tras una tarea «compleja y laboriosa», la Fundación ha conseguido aunar las novedades editoriales, tal y como señaló ayer Luis Alberto Salcines que resumió el contenido del diccionario en cifras. «Se recogen referencias de 171 autores, incluyendo poetas, investigadores y críticos; 68 antologías, 43 colecciones, 21 revistas y 16 premios», señaló.
A juicio de Canelo, ha «merecido la pena» los esfuerzos empleados para editar esta obra, ya que todos los autores que se citan en el diccionario han actualizado su bibliografía. «Incluso se han dado caso de poetas que habían olvidado algunas de las colaboraciones que habían presentado», expuso.
Pero para la directora de la entidad, el libro va más allá de la poesía y de Cantabria pues incluye un índice que muestra un «enorme» panorama de autores españoles. Es, según explicó, una «base de datos», un instrumento de estudio de la literatura de la segunda mitad de siglo XX, tanto en Cantabria como en España. Por ello lamentaría que alguien regionalizara su contenido, porque según insistió hablar de la poesía en Cantabria en estas décadas es hacerlo también de la «cultura de este país», de la Generación del 27 y de otros autores a nivel nacional que están vinculados a esta tierra. «Gracias a Gerardo Diego, el mejor poeta de Cantabria», apostilló.
También César Torrellas, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santander y miembro del Patronato de la Fundación, reconoció durante la presentación de la obra que «no es una edición cualquiera», sino que es uno de los ejemplares «más importantes» editados por esta institución.
El diccionario se distribuirá para poder ser consultado en las bibliotecas públicas de Cantabria y del Estado, en las de las facultades de Letras, centros de documentación y en el Instituto Cervantes, entre otros lugares.