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La columna que me publicaron ayer es esta.
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Los blogs
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Todo el mundo está escribiendo su blog: el escritor independiente, el jugador de rol, el jubilado, el roquero y el astrofísico; todos aquellos que no se atrevieron a publicar en un fanzine, en la revista literaria del instituto o en prestigiosas revistas científicas minoritarias; y aquellos a los que nunca les dió por contar su vida a sus vecinos empiezan a hacerlo ya en Internet. Da igual la edad, la posición social y el nivel de conocimientos informáticos. Nos ha dado la fiebre de los blogs. Todos quieren contarle al mundo cuánto les ha costado un café, lo que opinan del canon digital y cuál es su vídeo favorito esa semana. Incluso los ministros tienen su sitio web. Pero los blogs que en la práctica más se visitan son los de la vecina de abajo, sacando sus trapos sucios o los de los demás.
De modo que, por fortuna, nos amenaza una invasión de blogs. Sin embargo no se trata de una moda más sino del nacimiento de un nuevo género literario. Durante los siglos XIX y XX las ilustraciones y fotografías, al incorporarse en las novelas clásicas como parte fundamental del texto, hacían surgir algo nuevo. Con los blogs ocurre algo similar. Muchos escritores ya lo utilizan como herramienta en su proceso creativo; en un blog la versión final de un texto lo determina el autor junto con sus lectores ya que éstos puedan mandar, en tiempo real, sus comentarios acerca de una obra en curso al autor y éste darles respuesta. Usted, lector, imagínese que tras leer esta columna pudiera escribir aquí su opinión o amenaza, de modo que cualquiera pudiera leerla. Esto hace que el lenguaje y la literatura que ahí nacen, muchas veces, no puedan identificarse con otros géneros, creando un tipo diferente de escritura: más compartida y colectivizada, más democrática e interactiva.
Por otro lado los blogs contienen numerosos enlaces que nos llevan de un lado a otro: a otros blogs o a otras noticias y artículos. Y no hay que olvidar algo fundamental: un blog incorpora imágenes, sonidos y vídeos lo que lo convierte en una verdadera obra de arte visual multidisciplinar. Otro dato a su favor es que permite la aparición y autoedición de escritores que no siguen los pútridos mecanismos de publicación de las grandes editoriales.
Es una realidad: todo el mundo tiene ya su blog y como uno es muy “modelno” no iba a ser menos. Indico la dirección del mío para los curiosos: unpuroerrar.blogspot.com.
De modo que, por fortuna, nos amenaza una invasión de blogs. Sin embargo no se trata de una moda más sino del nacimiento de un nuevo género literario. Durante los siglos XIX y XX las ilustraciones y fotografías, al incorporarse en las novelas clásicas como parte fundamental del texto, hacían surgir algo nuevo. Con los blogs ocurre algo similar. Muchos escritores ya lo utilizan como herramienta en su proceso creativo; en un blog la versión final de un texto lo determina el autor junto con sus lectores ya que éstos puedan mandar, en tiempo real, sus comentarios acerca de una obra en curso al autor y éste darles respuesta. Usted, lector, imagínese que tras leer esta columna pudiera escribir aquí su opinión o amenaza, de modo que cualquiera pudiera leerla. Esto hace que el lenguaje y la literatura que ahí nacen, muchas veces, no puedan identificarse con otros géneros, creando un tipo diferente de escritura: más compartida y colectivizada, más democrática e interactiva.
Por otro lado los blogs contienen numerosos enlaces que nos llevan de un lado a otro: a otros blogs o a otras noticias y artículos. Y no hay que olvidar algo fundamental: un blog incorpora imágenes, sonidos y vídeos lo que lo convierte en una verdadera obra de arte visual multidisciplinar. Otro dato a su favor es que permite la aparición y autoedición de escritores que no siguen los pútridos mecanismos de publicación de las grandes editoriales.
Es una realidad: todo el mundo tiene ya su blog y como uno es muy “modelno” no iba a ser menos. Indico la dirección del mío para los curiosos: unpuroerrar.blogspot.com.
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