domingo, 23 de mayo de 2010

PELÍCULA

EL EJÉRCITO DE LAS SOMBRAS
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Una de las películas que he visto esta semana pasada ha sido El ejército de las sombras. Película francesa de 1969 sobre la Resistencia Francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Ojo, no confundir con la novela del mismo título en castellano -el título original es Vampyrhic- de Simon Clark. Como la mayoría de las buenas películas está basada en una novela de Joseph Kessel y además, en hechos reales. Comienza en octubre de 1942 y nos muestra las dificultades, traiciones, penurias y dudas de algunos militantes de la Resistencia Francesa.
Todos esos hombres y mujeres que lucharon contra el gobierno de Vichy y la Gestapo son retratados aquí con dureza; amorales, desesperados, derrotados, crueles con los traidores y obligados a tomar decisiones difíciles.
Una historia dura, áspera, realista y narrada desde una frialdad que no tiene nada qué ver con las típicas aventuras hollywoodienses de espías y chicas hermosas, con las tramas bobaliconas de superhéroes frente a supervillanos. Los miembros de este perseguido ejército de sombras viven huyendo, guareciéndose en improvisadas zonas de opacidad, siempre bajo la amenaza de la tortura, la delación y la muerte. Sus escenarios y paisajes, turbios y grisáceos, contribuyen a meternos de lleno en una atmósfera de pesadilla.
Una película muy muy recomendable para aquellos que buscan historias creibles, que huelan a verdad y coherencia. Eso sí, su amoralidad y crueldad dejan en nuestros ojos un desesperante sabor amargo directamente proporcional a su calidad y grandeza.

sábado, 15 de mayo de 2010

CITAS

JULIANO EL APÓSTATA
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(Juliano, en Constantinopla)
".. inmediatamente me hice la solemne promesa de convertir su Santa Sofía en un templo dedicado a Atenea. (...) Entre rachas de viento, me dirigí hasta el palacio, entrando por la puerta Chalké, cuyo vestíbulo está cubierto por un techo de bronce. Precisamente sobre la puerta observé un nuevo retrato de Constantino. Estaba retratado con sus tres hijos. A sus pies, un dragón, con un venablo en el costado, se hundía en una fosa: los verdaderos dioses muertos. Sobre la cabeza del emperador se veía una cruz. Una hermosa capa de cal solucionaría el problema"
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Juliano el Apóstata, Gore Vidal. Páginas 362-363

miércoles, 12 de mayo de 2010

DE OTROS BLOGS

EL ROBLEDAL DE TODOS
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Os coloco aquí un post que define muy bien lo que define. Está sacado de "El robledal de todos", en elrobledaldetodos.blogspot.com/ No hace falta traducción.
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Aquí los papelis nu cortan (cuántu lija -u escuez- un corte dáu col filu dun papel, por minúsculu que seya´l corte) porque siempre están blandengues pola humedá.

POESÍA

HUGO MÚJICA
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Del argentino Hugo Mújica, poeta, ensayista y sacerdote, hoy rescato, no sé por qué, estos tres poemas:
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Desnudez
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ni la ruina de un muro
sobre el que apoyar las palmas, sobre el
que descansar la gente
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nada, salvo polvo que el viento alza,

viento
borrando ruinas
una sábana blanca
ondea en el viento

ceremonia de nada,
gesto de nadie,

nadie, nada o las huellas más tenues
o tal vez un llamado


el viento
la desnudez en la que viene y huye:

la huella, que borrando traza.


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La espera
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Como un mantel
a la espera de la fiesta
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las manos
ya están desnudas.
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Falta la brisa
que las desborde y el afuera
que las cobije,
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falta el hueco de ellas mismas,
falta olvidar la limosna.
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Hay un alma
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apenas la sed
descubre sin cubrir, apenas el agua
acaricia el borde
sin extender la herida,
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es lo ausente lo que más
se muestra,
lo olvidado lo que más se espera.
hay un alma
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lo dice la sed y
el agua
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lo calle el olvido, la herida
abierta entre el sueño
y la vigilia
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el naufragio de todo reflejo
en la transparencia olvidada.

COLUMNA 77

COLUMNA
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Este lunes me publicaron esta columna en "El Mundo Cantabria". Describe el más reciente de los conciertos de "La Hermandad", un grupo de power metal de Cantabria.
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La Hermandad
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La Hermandad se formó en Santander hace ya seis años. Su estilo musical es una peculiar mezcla de heavy metal clásico y power metal melódico, nada reñido con lo comercial. Tras un año de aparente silencio regresa con nuevo vocalista para incendiar las salas de conciertos de toda España con los temas de su disco “Reflejos de Realidad II” Y hay otro en camino.
El pasado 23 de Abril acudí a la sala The New para escucharlos, con gran expectación pues se incorporaba un nuevo y enigmático vocalista: Tony Cobo. Acompañaban a Darksun en la gira-presentación de su último trabajo.
La Hermandad abrió fuego con un tema profundo y pegadizo: “Una vez más”. El sonido era puro y endiabladamente afilado. El volumen, feroz. La exaltación, hechizante y contagiosa. Y su cantante Tony Cobo demostró tener un carisma y una puesta en escena insuperables. Su voz, refinada y aterciopelada, me recordó al mejor José Andrea de Mago de Oz y me hizo volver a amar el género. El cantante y la banda parecían estar hechos el uno para el otro; su complicidad y coordinación me dejaron boquiabierto.
El espectáculo estaba garantizado: el vocalista se aferraba al micrófono como un enloquecido Hamlet a su calavera, zarandeándola en un delirante frenesí de aniquiladora energía. Me costaría mucho describir el torbellino de entusiasmo enfervorecido que invadió mi sistema nervioso cuando percutieron los primeros temas.
El sonido resultante, tan épico como torturador, tan original como penetrante, se endureció con temas célebres como “Grito al viento” o con historias repletas de melancolía como la narrada en “Prisionero de mi cuerpo”, dejando claro que el lirismo y la poesía no están reñidos con el heavy metal.
La descarga musical se sucedió sin que apenas hubiera tiempo para tomar unos tragos de calimocho entre canción y canción, inmersos todos en un ritmo satánico y espasmódico de contundencia letal.
Aún resuena en mi cabeza el eco salvaje de aquella noche; tanto la ternura trágico-dramática de sus letras como su desgarrada vitalidad. Celebro ese renovado furor, esa agresividad sana y entusiasta.
Es La Hermandad de nuevo, una de las bandas más impactantes de nuestra región, dispuesta a seguir dando caña hasta el mismísimo día del Juicio Final.
Prepárense para sobrevivir al Apocalipsis escuchándoles, pues sus acordes seguirán aporreando en las apacibles puertas del Cielo para el resto de la eternidad.