viernes, 27 de mayo de 2011

ARTÍCULO

Hoy, en "El Diario Montañés"
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http://www.eldiariomontanes.es/v/20110527/cultura/sotileza/trinchera-linguistica-20110527.html
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Trinchera lingüística

Vicente Gutiérrez. Es hijo creativo de la poesía que tiene algo de deleite e insubordinación y está convencido de que la verdadera voz debe huir de la obediencia, la subvención y la recompensa. Poetizar es «proteger la subjetividad, poner en crisis y en cuestión». Profesor y jugador de palabras, que experimenta con la sombra surrealista, el poeta publica 'Funerales celestes' y se asoma a las trincheras de la calle del Sol
27.05.11 - 00:13 - GUILLERMO BALBONA SANTANDER.

Su escritura es un campo de minas donde conviven collages, poemas-objeto, poesía visual y narrativa. En la entraña creativa de este joven veterano de verso combativo y maduro hay mucho de juego -«el ciudadano debe jugar, recuperar la capacidad de jugar»- de automatismo, de azar, de delirio, de irracionalidad, «un endiablado pulso de búsqueda y desorientación».
Vicente Gutiérrez Escudero (Santander, 1977) es un matemático que juega a sumar y restar versos, que explora las ecuaciones del mundo y disecciona los quebrados y las raíces cuadradas emocionales. El autor de 'Islas de agua' y 'Mimo Muerto', púbica este mes 'Funerales Celestes' en La grúa de piedra. A la hora de editorializar su escenario creativo se decanta por la santanderina Calle del Sol, y en participar el bar Rubicón, uno de los rincones a los que suele acudir a escribir o leer. Germen hiperactivo del colectivo Sol Cultural este espacio de recitales, conciertos y exposiciones «es un buen sitio para llenarse de inspiración y sentirse motivado». Es poeta de coqueteos surrealistas e inquietudes urbanas, voz de ciudades y de lucha con las palabras, «un guerrillero lingüístico contra-léxico». El mismo se declara «completo caos y absoluto desorden» y fundamenta tal comportamiento en la propia actitud del poema: «no tiene por qué nacer del orden y la racionalidad. Mucho menos del utilitarismo». A la calle del Sol acude con amigos con los que comparte lectura y creación y es asiduo testigo o participante de sus actos culturales. Lamenta la falta de locales alternativos, «tan acogedores y tan canallas» como el que ha seleccionado para retratar su querencia urbana, y se confiesa un no fumador nostálgico del humo que «nos envolvía arropaba y protegía, destruyéndonos. Porque eso también formaba parte de la creación». Su entorno callejero y cotidiano es el fruto de una convicción: «el arte, la poesía y la cultura siempre han germinado en este tipo de locales, al margen del poder y sus tentáculos». El autor incluido en antologías como 'Voces poéticas de Cantabria' y 'Poemas para cruzar el desierto',tiene en perspectiva un libro de relatos configurado por historias de gran influencia surrealista. Pero su creación plural e incesante inquietud no se detiene. Acaba de cerrar otro libro de poemas-tachadura (construidos al borrar ciertas frases de artículos de periódico y dejar visibles otras), que publicará en Internet. Su guerrilla contra el lenguaje se desvela de nuevo hoy en la trinchera santanderina de la librería Gil.

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