sábado, 7 de febrero de 2009

COLUMNA 37

COLUMNA
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Hoy sábado me publican en "El Mundo-Hoy en Cantabria" esta columna dedicada a la exposición "Tus palabras se enredan en mi pelo naranja" de Yolanda Novoa que acoge actualmente el Centro de Eduación de Personas Adultas donde trabajo. Os recomiendo que acudáis a este lugar y que os adentréis en su mundo orgánico y matérico. Más información de su obra y su trayectoria en: http://yolandanovoa.com/
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Yolanda Novoa
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Tengo la suerte de trabajar en un centro educativo en el que se organizan periódicamente exposiciones de arte. Se trata del Centro de Educación de Adultos de Santander y actualmente sus pasillos acogen una exposición de la artista Yolanda Novoa bajo el insinuante titulo: “Tus palabras se enredan en mi pelo naranja” ¿Por qué las palabras se enredan en su pelo? ¿Y por qué naranja? La respuesta es lo de menos; lo importante es que la obra nos suscite constantemente preguntas.
La verdad que entre clases y reuniones de departamento, entre guardias y sesiones de evaluación es un lujo poder adentrarse en un cuadro que día a día te va absorbiendo y te pide que bucees en su interior. Eso ayuda a alejarse del estrés del trabajo diario. La obra de Yolanda es ideal para eso: para dejarse llevar hacia lugares insospechados.
Son obras abstractas y matéricas que combinan diferentes técnicas como el collage, el dibujo o la instalación para lo cual emplea materiales diversos con los que nos evoca vestidos, escamas, semillas… Y lo hace jugando con sus formas, con la viveza de colores o con la textura y volumen de los materiales. La vida expositiva de la obra, por lo tanto, cobra especial protagonismo. También se exponen poemas de las autoras cántabras Charo Gorostegui, Araceli González y Marisa Campo que lejos de explicar los cuadros establecen un sugerente diálogo que guarda relación con lo que evocan.
En esta exposición se aúnan abstracción geométrica y expresionismo abstracto de forma magistral. Vemos formas geométricas que bailan entre sí y que parecen huir de lo geométrico para afirmarse como naturaleza azarosa pero a la vez se intuye en esos trazos y colores orgánicos un afán organizativo que parece querer reclamar su geometría más recóndita y minimalista, recordándonos que en todo siempre subyace una profunda estructura geométrica que armoniza y ordena. Por otro lado llama la atención el cómo esa abstracción juega a ratos a ser figurativa porque emanan figuras reconocibles: pétalos, frutas o alas de mariposa distintas siempre unas de otras. El resultado es sublime: las obras parecen tener vida propia. Y en ellas advertimos cuánto de sutil hay en la Naturaleza.
Me gusta pensar que mientras unos se dedican hacer misiles y tanques otros se dedican a dignificar la delicada materia de la que estamos hechos. Aquel que acuda al Centro de Adultos podrá disfrutar de lo segundo.

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