viernes, 3 de abril de 2009

COLUMNA 43

COLUMNA 43
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Hoy me publican en "El Mundo Cantabria" esta columna que trata sobre el cierre de "Tú Televisión"
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Tú televisión
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Veo poco la tele. Cada vez con más frecuencia emigro, a través de Internet, a televisiones o radios online de todo el mundo. Las pocas veces que me siento delante de la televisión es para zapear y pasar el rato. Y me he dado cuenta de que los escasos programas en los que reparo son de cadenas locales, quizá porque las siento más próximas. Cuando uno echa un vistazo a los canales habituales y ve tanta basura, tanta farsa enlatada, siempre encuentra un refugio acogedor y hogareño en un humilde canal local; y no me refiero a canales de ámbito nacional camuflados como cadenas locales, ni tampoco a ese insufrible repertorio de teletimos, tan de moda hoy en día.
Hay épocas en que uno prefiere que le hablen de la baldosa suelta del parque por el que pasea, de un coche abandonado cerca de su calle o de las decisiones mundanas -o chanchullos mundanos- de su pequeño ayuntamiento a que le hablen de Belén Esteban, de Penélope Cruz o del cangrejo ermitaño.
Así que me inclino por los canales modestos. En ellos –emitan o no buenos programas, eso es lo de menos- encuentro una naturalidad doméstica, una artesanía audiovisual que me es afín.
Siempre he pensado que el nivel estupidizante de la programación de una cadena televisiva es directamente proporcional al presupuesto que se invierte en ella. No falla: a más dinero, más elitismo, más mamoneo, más bobería.
Y digo todo esto porque el otro día me enteré de que Tú televisión, una de las cadenas de Cantabria más vista, cierra. Es la segunda cadena cántabra que ha dejado de emitir en los últimos meses tras Localia TV. Unos lo achacan a la crisis económica. El propietario y director de Tú Televisión habla de la imposibilidad de cumplir las condiciones indicadas en el concurso de televisiones locales convocado por el Gobierno de Cantabria. Sea por el motivo que sea al ciudadano de a pie siempre nos perjudica que se cierre un medio de comunicación. Los políticos deberían evitar, y más en el contexto de los medios informativos, que el pez grande se coma al chico.
Me informa más acerca de Leicester el canal más rudimentario de allí, que lo que pueda decirme la BBC de todo el planeta. Sólo las televisiones locales han podido dar a la humanidad una idea más aproximada de lo que somos. Son fascinantes porque están llenas de inmediatez. Son una cosa casera. Nos habitan como un intruso torpe que adquiere, poco a poco, carácter de pariente.

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