lunes, 27 de agosto de 2007

LIBRO. EDUARDO HARO IBARS

En mi última incursión a la librería-galería de mi amigo Paco Roales adquirí una joya: un poemario al que ya le tenía echado el ojo, pero cuyo precio me había echado para atrás hasta hoy. Se trata de Empalador, un libro de poemas editado en el año 1980 por Las Ediciones de la Banda de Moebius. Su autor es Eduardo Haro Ibars. Como todos sabéis, es nieto del periodista y comediógrafo Eduardo Haro Delage e hijo del periodista y ensayista Eduardo Haro Tecglen. Durante mucho tiempo fue considerado como uno de los más genuinos representantes de ese invento que la élite cultural denominó "La movida". Pero claro, los criticos poderosos de turno se echan las manos a la cabeza cuando aparecen personajes como este, tan inclasificables en sus cajitas de entomólogos. Al menos a Haro Ibars le consideraron digno de entrar a formar parte de ese panteón de poetas malditos, en el que han parecido querer confinar también a L. M. Panero. Y me pregunto ¿Qué fue de aquel poeta yonqui llamado El ángel? ¿Alguien habló de él en la historicidad de la literatura de los 80?
psexo sexo sexo
Su maquetación y diseño son pésimos por igual, de las que envejecen mal, vamos (ver portada). Algunas páginas han sido ilustradas con dibujos diversos más propios de un fanzine que de un libro, y en algunos márgenes, al lado de los poemas alguien tuvo la feliz idea de colocar ridículos murciélagos que para rematar le dan un aspecto aún más patético al interior. Quizá esto se deba a un burdo intento de simpatizar con esa estética pop tan de moda por aquellos años. Pero quedémonos con el verdadero interior. En el libro abundan los poemas delirantes; se nota que han sido escritos bajo la influencia de la droga. Me recuerda en algunos aspectos a la poesía de Pathy Smith, W. Burroughs, A. Ginsberg... Aunque ciertamente, no parece pertenecer a ninguna corriente estética imperante. Se trata de poesía automática, en muchas ocasiones, cercana a la forma de escritura libre propugnada por André Breton y demás surrealistas.
lsexo sexo sexo
Para los interesados en este personaje recomiendo Gay rock (1974). También Pérdidas blancas, (1978), Sex Ficción (1981) y En rojo (1985).
+sexo sexo sexo
Y me despido con dos de sus versos, descontextualizados adrede:
sexo sexo sexo
¿Dónde caerá este cielo? Junto al sauce
ñ
Never... never
sexo sexo sexo


miércoles, 22 de agosto de 2007

LIBRO. FRANCIS PONGE.

Con gran agrado he leido esta maravillosa traducción de uno de los poetas europeos más fundamentales: Francis Ponge. La traducción es de Miguel Casado, lo que garantiza la calidad de la misma. El tomo recoge, en edición bilingüe, tres libros esenciales: Tomar partido por las cosas, La rabia de la expresión y La fábrica del prado.

Comenzaré diciendo que me niego a clasificar cualquiera de estas tres joyas: en ocasiones, el lector se siente persuadido y parece estar ante un exhaustivo manual de botánica (como hiciera Lautreamont en "los Cantos de Maldoror" al incluir textos extraidos de enciclopedias de aves, y parafrasearlas), otras veces, ante un cuaderno personal de anotaciones en el que el poeta experimenta con las posibles versiones de un mismo poema (me acuerdo de Jorge Guillén). De todos modos, se trata de una persuasión magnífica que dignifica ante todo el hecho de "nombrar", de rescatar la presencia de los objetos mediante el lenguaje, mediante un uso profundo y riguroso del lenguaje que, en vez de representar, cree espacios de realidad.
,
Cansado ya de tantos poetas que ven en la escritura un instrumento secundario y representativo del pensamiento y del habla, es un regalo a la inteligencia enfrentarse a esta poesía "objetiva", que permita a los objetos (a la realidad) hablar, ser presencia. Se trata de una poesía, en definitiva, que se aleja de estériles interpretaciones metafóricas y estereotipadas, para objetivizar la enunciación. Y lo más importante, desde mi punto de vista: renunciar a las certezas, al conformismo.
k
Enhorabuena Miguel. Un abrazo, emocionado, qué más da, emocionado...

martes, 21 de agosto de 2007

PELÍCULA. 9 SONGS

Antes de nada me gustaría empezar por lo evidente, por una observación fácil. Es inevitable preguntarse en qué medida está película es pornografía y en qué medida es un ejercicio inteligente de erotismo. Uno, al no estar acostumbrado a este tipo de películas, no deja de preguntarse cuánto hay de sexualidad gratuita en todas y cada una de las escenas que incluyen sexo explícito. Es por eso que para adentrarnos en "9 songs" deberíamos primero liberarnos de cualquier prejuicio que nos impida paladear todos y cada uno de sus fotogramas.
s
Uno se pregunta cuánto de cine experimental hay en el film; no olvidemos que ésta se rodó sin guión previo, aunque se inspiró inicilmente en la novela "Platform" de Michel Houellebecq. Por otro lado los diálogos fueron improvisándose durante el rodaje entre los dos protagonistas y el director. Sorprende además que haya sido rodada en vídeo digital, utilizando cámaras digitales sin iluminación extra. Lo que hace de Marcel Zyskind, el director de fotografía, un verdadero genio. No es casualidad que en el Festival de Cine de San Sebastián 2004 le fuera concedido el Premio del Jurado a la mejor fotografía.
s
La historia de amor va alternándose con la aparición de nueve canciones en forma de conciertos a los que asisten sus protagonistas. A modo de collar, la música va atravesando los fluctuantes sentimientos de sendos protagonistas. Pero no olvidemos que ante todo, se trata de un ejercicio de poesía visual, inteligente, efectiva y provocativa.

La Filmografía de Michael Winterbottom se completa con Besos de mariposa (1995), Go now (1995), Jude (1996), Welcome to Sarajevo (1997), I want you (1998), Old new borrowed blue (1998), Wonderland (1999), With or without you (1999), El perdón (2000), 24 hour people party (2002) y In this world (2003).